domingo, 12 de febrero de 2017

Un Loco

Fui enviado a la ciudad
porque en ella no existen rebaños
de ganado (sólo de gente)
Para que fuese sabio o doctor
o no vistiera más de dril
o no calzara sino zapatos.
Para que cambiara tristeza en riqueza.
Pero recuerdo un muchacho loco
un hombre tan loco
que sólo es posible llamarlo muchacho.
Hombre pensando en frutas,
consintiendo pájaros.
Un loco.
Silbaba solo en los caminos
y hacía clarinetes de carrizos.
A veces se perdía con el alba
mientras los hombres labraban la tierra
y aparecía al anochecer con huevos de perdices.
Un loco.
Y yo no he querido sino ser como él.
...

FÁBULA 
La vida vuelve siempre. 
No ha sollozado el tiempo 
en tus pómulos que eran morder la luna 
en tu boca rosa salvaje. 
Tu juventud se acuesta 
encima del destino y lo olvida. 
Comiste amor como los niños se hartan de frutas 
y en tus labios no quedan los labios de nadie. 
Cualquiera podrá amarte siempre nuevamente. 
No hay marca de besos en tu corazón 
también te perfecciona el fuego 
flor sin hoy y mañana. 
Ningún día fue una cicatriz. 
Cada noche sólo el gran tesoro. 
Detrás de tus senos nacía el sol. 
Si amo contar el tiempo es en tu cara 
si beber lágrimas será 
en la manzana que juega a sufrir. 

Ángel Eduardo Acevedo
De Soles (antología poética, Monte Ávila Editores, 1964)

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